Descubrir los motivos que nos llevan a hacer lo que hacemos se vuelve, más que un trámite, una necesidad. Y son, muchas veces, sencillos, ya que los grandes retos empresariales se repiten en todas las industrias en todos los mercados… desde hace mucho tiempo; eso sí, variando los entornos en los que “jugamos”.
Verbalizar y reflexionar sobre los objetivos últimos, los reales, nos ayuda a identificar la ruta, priorizar… evitando así “degradarlos” sobreponiendo otros de departamento o unidad de negocio, incluso esta u otra acción.
Igualmente, nos ayuda a nosotros mismos a entendernos mejor desde el “por qué”, el por qué de nuestra estructura, nuestra cultura, nuestra operativa, nuestros productos y de su pricing y política de distribución… claves para dar el siguiente paso… que es el de descubrir el rol propio en la consecución de los mismos.